Un proyecto para Davalillo


Un proyecto para Davalillo
Sabemos la fecha y la forma en la que se llevará a cabo la consulta/encuesta, pero al menos nosotros no tenemos muy claro qué es lo que realmente se pregunta.
Sí, ya sabemos que se nos está pidiendo nuestra opinión sobre si deseamos que el ayuntamiento salga al retracto o no, pero todos tenemos muy claro que detrás de ese sí o de ese no hay mucho más.
Intentaremos aclarar cuáles son, desde nuestro punto de vista, las diferentes opciones que se abrirían ante un sí o un no para posteriormente intentar justificar la conveniencia o no de las mismas.

Las opciones del NO
En el caso del NO, no hay mucho que pensar. La oportunidad habrá pasado tanto para la Comunidad Autónoma de La Rioja, como para el Ayuntamiento y el pueblo de San Asensio, y los actuales propietarios podrán hacer o deshacer a su antojo, si es que realmente tienen alguna intención de hacerlo. A nadie se le debería escapar, que se trata de un bien que tiene una orden de ejecución para su consolidación y que por lo tanto entendemos que, antes de llevar a cabo esas obras de las que hablaron al Ayuntamiento y a la CAR en el comienzo de todo esto, deben acometer las labores de mantenimiento que han estado omitiendo los anteriores propietarios.

Las opciones del SÍ
Pero ¿y si el resultado es un SÍ? Entendemos que hay infinidad de tipos de proyecto para Davalillo (castillo y entorno) y que no todos ellos tienen la misma viabilidad. Vaya por delante que, creemos que la postura del Ayuntamiento intentando desligar la financiación de las obras de Davalillo de la financiación del resto del pueblo es perfectamente legal y deseable para todos. Seguramente este pueblo necesita muchas otras cosas antes que un proyecto enoturístico o de consolidación y rehabilitación al que, una parte de sus habitantes no le ve la rentabilidad económica. Eso no quiere decir que la única opción sea que este o el futuro ayuntamiento se tenga que quedar de brazos cruzados hasta que la financiación le "caiga del cielo". Quien se haga cargo del ayuntamiento para los años venideros va a tener que trabajar. Y va a tener que trabajar mucho en caso de que salga un Sí. "Lamentablemente" los expertos dicen que tenemos en casa un monumento de primer orden a nivel europeo, pero aquí nadie regala nada.
Desde el punto de vista del trabajo que hay que hacer, conviene dejar muy claros dos conceptos que a veces estamos mezclando todos de forma errónea. Consolidación y rehabilitación.
El Castillo de Davalillo, a día de hoy, y siempre escuchando la opinión desde hace años de los expertos, lo primero que necesita, por la absoluta dejadez de los anteriores propietarios (no  nos cansaremos nunca de repetirlo), es una consolidación que asegure que no vaya a terminar derrumbándose.
Una vez llevada a cabo esa consolidación, se podrán abrir muchísimas posibilidades, pero hay que dejar claro que ninguna de las ellas será obligatoria. Esas opciones serán opciones de rehabilitación y evidentemente ahí debe entrar siempre la opinión de los expertos.
La obligatoriedad o no de cada una de esas fases creemos que es importante que queden claras.

En la práctica totalidad de las opciones que se nos ocurren en caso de que la opción elegida sea un Sí ha de haber una inversión, más o menos importante del ayuntamiento, que además del coste de adquisición habrá de afrontar, por poner ejemplos,  direcciones de obra, redacción del plan director y partidas no cubiertas por las subvenciones a las que se pretende acceder.
Igualmente cierto es que hay formas de hacerlo, y de hacerlo de manera que el Castillo de Davalillo no sea un lastre para el pueblo. Hay ejemplos de todo tipo, unos más cercanos y otros no tanto.
Pero bueno, vayamos a las opciones que se nos pueden abrir en caso de que el resultado sea un sí.

En el extremo inferior en cuanto a gasto, estaría la simple adquisición del castillo para no hacer nada él. Seguramente es la única opción en la que podemos controlar exactamente el coste que va a tener la operación. 60.000 euros (más los gastos notariales que origine el propio ejércicio del retracto). Sabemos que hay una orden de ejecución sobre el castillo que en teoría debería ejecutarse, pero hay un aspecto que seguramente debería tenerse en cuenta. La propia Ley de patrimonio de La Rioja, en su artículo 33 deja claro que:

Ningún tribunal ni autoridad administrativa podrá dictar providencia de embargo ni despachar mandamiento de ejecución contra los bienes y derechos patrimoniales cuando se encuentren materialmente afectados a un servicio público o a una función pública …

Ya dijimos anteriormente que no somos abogados y tal vez estemos haciendo una interpretación errónea del artículo, pero cualquiera podría pensar que lo que dice es que esos procedimientos jamás pueden penalizar a un ayuntamiento.
Una vez más, agradecemos cualquier aclaración en este tema que se nos pueda hacer.

En el extremo superior (siempre hablando de gasto para nuestro ayuntamiento) para nosotros estarían todos esos proyectos demagógicos que pretenden convertir Davalillo en un Parque de atracciones de la época medieval. Seguramente el proyecto de CVNE sea uno de ellos. Creemos que es igual de demagógico.
A poco que uno investigue los costes que puede tener un proyecto de este tipo, enseguida se da cuenta de que no es viable para un ayuntamiento. No les vamos a dedicar más tiempo a este tipo de soluciones, si es que lo son.

Y en medio está una enorme variedad de proyectos que podrán ser más o menos ambiciosos pero que a nosotros nos gustaría que fueran, sobre todo, sostenibles. No nos engañemos, todos, absolutamente todos los posibles proyectos que se planteen requieren de dos cosas:
En primer lugar una inversión y seguramente no pequeña (veremos ejemplos en el siguiente artículo cuando hablemos de financiación) por parte del ayuntamiento.
En segundo lugar tiempo, y aquí es donde pensamos nosotros que esta una de las claves más importantes en todo este tema. Viendo experiencias similares uno se da cuenta de que este tipo de proyectos se alarga mucho en el tiempo. Para muestra un botón. El tan nombrado San Vicente de la Sonsierra estuvo casi 14 años en obras (desde 2004 hasta 2017).
Y creemos que es tan fundamental el tiempo porque entendemos que ese tiempo es el que ha de utilizar el ayuntamiento para buscar opciones de financiación y conseguir aquello de lo que hemos hablado al principio: desligar (en la medida de lo posible) el proyecto de Davalillo del resto de las necesidades del pueblo.
Y si hay que detener el proyecto, se detiene hasta que haya financiación, porque prisa no debería haber ninguna.
Es posible que haya gente (no sabemos si mucha o poca) que crea que Davalillo debe avanzar al ritmo de San Asensio, y no que San Asensio deba avanzar al ritmo que le permita Davalillo.

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